Después de muchos años involucrados con las normas ISO, las preguntas de rigor por parte de los empresarios Pyme siempre fueron:

¿Vale la pena?
¿Reducirá mis costos?
¿Mejorará mi ventas ?
¿Habrá reconocimiento en el mercado?
¿Accederé a nuevos mercados ?

Difícil responder en una economía tan volátil como la nuestra. Tenemos años con excelentes indicadores macroeconómicos y otros pésimos. Hay sectores y regiones muy beneficiadas y otras perjudicados, la dispersión es enorme.

Por otra parte nos encontramos que la mayoría de las Pymes no llevan indicadores de gestión que midan calidad y productividad; mas aún, la inflación no permite comparar resultados económicos.

Además estamos sometidos a modificaciones constantes respecto al régimen legislativo.
De ahí a que es impensable evaluar sobre la base de datos cuantitativos, ya sea porque no existen o porque no son comparables.

La encuesta

Hemos tomado una muestra de 17 Pymes que han implementado una ISO. Son Pymes que representan tanto a los negocios del tipo industrial como el de servicios. Mayormente tienen entre 15 y 50 empleados y están ubicadas en Capital y Gran Buenos Aires.

La encuesta arrojó resultados sorprendentes. Se tomó entre mayo y junio del 2018 –meses muy negativos por la devaluación del peso.

Conclusiones

La mayoría afirma que el motivo por el que fueron inducidas a certificar fue por exigencia del mercado. Nada de «quiero reducir costos» o «quiero mejorar las ventas». Fue porque se vieron persuadidos por el mercado.

La mitad expresan cierto grado exigencia en cuanto a tiempo destinado y cambios comportamenales durante el proceso de implementación : las empresas mucha veces no se atreven a implementar un Sistema de Gestión de Calidad (SGC) porque creen que certificar es construir una pirámide. No es cierto. Uno esperaría que la gran mayoría expresara una gran dificultad, pero no fue así.

En el 80 % de las empresas, la Dirección se vio involucrada en el proceso de implementación del SGC y demostró gran interés.

Cuando se les pregunta sobre qué áreas tuvieron impacto, la mayoría menciona a las conductas en organización y los cambios en los procesos (ventas, compras, planificación, administración etc). Nada de tecnologías y de modificación de perfiles (requerimientos en el personal para realizar tareas) . Era de esperar lo relativo a tecnologías, nos sorprendió lo referido a los perfiles.

Resultados: más del 75 % detecta mejoras en los primeros 2 años después de la implementación y solo 50% después de los 2 años. Estos resultados positivos se observan fundamentalmente en operaciones, seguidos por administración y último, pero nada despreciable, el área comercial (60%).

Consultamos cómo se veían estas empresas respecto de la competencia. Más del 75 % se veían mejor que la competencia, y no solo eso, sino que percibían que habían evolucionado mejor que la competencia en los últimos 3 años (el 70%).

Un 60 % de las empresa relacionan el punto anterior al hecho de estar certificada. Hay un 30 % que no sabe.

Según la encuesta, las empresas que certificaron creen estar mejores que sus competidoras. La pregunta es: ¿es así como deciden certificar, o siempre fue así porque tienen la actitud de mejorar, y por ende certifican como una necesidad del mercado?

Hay distintas maneras de encarar un proyecto de gestión de calidad. Usted, como responsable de la empresa, solo debe decidirse a dar el primer paso.
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